sábado, octubre 23, 2004

Un oso rojo

Análisis del punto de vista en un fragmento de un “Oso Rojo”.

El fragmento analizado, es posterior a la escena que muestra como el “Oso” se instala en la pensión y que es el inicio de las repercusiones que dicha acción tiene en la casa de su ex mujer .

La unión de una escena a otra está dada por la utilización de la voz en off de Alicia, la hija del “Oso”. Es a través de su voz que ingresamos en la conversación que mantienen Sergio y Natalia, introduciéndonos menos bruscamente con lo que provoca la vuelta del “Oso”a la vida de su ex mujer y su hija.

Caetano nos ubica espacialmente (entiéndase que decir que nos ubica es sólo una formalidad), ya que sólo vemos a Alicia leyendo, por lo que podemos deducir que estamos en su casa , pero sin saberlo a ciencia cierta .

Tal vez lo remarcado anteriormente carezca de importancia, pero la adquiere si tenemos en cuenta que después pasamos a un plano cerrado, en el que podemos observar como Sergio y Natalia discuten en voz baja sobre la aparición del “Oso” en sus vidas.

La tensión se genera por la unión de dichos planos, dado que falta una mirada que permita una visión totalizadora de las dos acciones que se están llevando a cabo en un mismo espacio, aunque el realizador proporciona la información suficiente para que dichas acciones sean fácil de interpretar para el espectador.

Se siente la necesidad de determinar con exactitud por parte del mismo, sí la distancia que separa a los personajes corresponde a la que se ha forma en su cabeza. La intriga, que nos asechaba en los planos anteriores, se disipa al mostrarnos la posición que había entre ellos. Y nos enteramos que los personajes están en un mismo espacio, aunque estén en diferentes ambientes y nos damos cuenta de que no hay ninguna barrera material que amortigüe la conversación.

Si no fuera porque Alicia esta de espalda a ellos, no podríamos asegurar que no logra captar algo de lo que dicen. A su vez , ese detalle, da cuenta de cierta soltura gestual por parte de los personajes, que expresan más que sus propias palabras.

Pero, si nos centramos en la conversación que mantiene la pareja, hay una cierta cadencia de la acción, ya que los personajes siguen en sus actividades y casi no se miran a no ser que quieran defender su posición o afirmar algo. Obviamente esto tiene una vinculación con el emplazamiento de la cámara que realiza Caetano y que transforma al espectador en una especie de testigo que está viendo una parte íntima de los personajes, y que a su vez actúan como tratando de mantener las apariencias para no llamar la atención de su hija, la única capaz de escuchar, de ver o ser vista por parte de la pareja.
Sin embargo, es muy importante señalar, la altura de la cámara y la quietud de la misma ; sí analizamos en profundidad, intuimos que la mirada que observa a la pareja no puede ser la de la hija, que a su vez es la única que podría ser vista y a la que se le quiere ocultar lo dicho ; por lo tanto podemos suponer que aquella mirada pertenece al espectador, que aumenta la tensión ya que sabe que ve y escucha lo que el otro personaje no puede ni ver ni escuchar. La quietud de la cámara (salvo por leves movimientos casi imperceptibles), produce la sensación de que lo que allí sucede es crucial para las acciones que devendrán.
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Para salir del plano anterior, el director decide mostrar un plano de Alicia leyendo en el comedor, que está próximo a la cocina . Aquí también el realizador nos propone un juego con la mirada que será prontamente resuelto por el espectador, y es el siguiente: nos muestra a Alicia de espaldas , con la cámara a una altura que podría corresponder a la madre, que es la persona que se dirige a ella en voz en off. Esta aparente concordancia entre la pertenencia de la mirada y la voz no nos permite asegurar si seguimos en rol de testigo o sí vemos lo que la madre ve. Pero esta duda, se mantiene poco tiempo, ya que al salir Alicia del cuadro la cámara se mantiene en el mismo lugar y la posterior entrada de la madre a cuadro, no deja ningún cabo sin ajustar en la cabeza del espectador.

Posteriormente, asistimos nuevamente a una conversación entre Sergio y Natalia, sentados en la mesa, que antes fuera ocupada por Alicia. Durante la misma, se observa que a pesar de estar ensimismados en sus cosas, (él leyendo el diario y ella cebando mate), hay un raccord de miradas que nos lleva de un personaje a otro. La importancia de estos planos se ve reforzada por el hecho de que ningún momento vemos la mesa, en la que se encuentran los elementos dramáticos Este plano tendrá fundamental importancia durante la conversación entre Alicia y Sergio.

Con el regreso de Alicia al cuadro, el realizador hace un emplazamiento de cámara sobre los objetos que depositan los personajes en la mesa, y esta vez sí tienen interés para el que mira, ya que por ejemplo las tapitas con las juega Alicia no adquieren significado; hasta el momento en que Sergio se interesa en lo que ella hace.

Pero antes de referirnos a ese punto, debemos resaltar algunos emplazamientos como el que desde arriba de la cabeza de Sergio la cámara sigue el movimiento de Alicia por medio de un paneo que casualmente no la muestra a ella sino a Sergio, aunque la referencia sonora de los pasos de la chica nos indica su desplazamiento.

De pronto, el juego que realiza Alicia, cobra importancia, a pesar de todavía no se sabe porque. Caetano, concentra nuestro interés en las tapitas que tiene ella, pero luego nos percatamos que dicha focalización sobre el objeto, manifiesta la intención de Sergio de saber lo que Alicia hace. Esta, le comenta que el juego se basa en un problema planteado por una compañera y que ella no puede resolver . Es entonces que Sergio interviene, intentando hallar una solución al problema. El realizador intercala entre los planos y contraplanos de ellos, unos planos de situación que nos remiten a la presencia de un personaje ausente. Pero lo más importante de dicho emplazamiento es que revaloriza la aptitud de los personajes en detrimento de la acción por ellos realizada.

Es en este momento clave, en el que Sergio se dispone a intervenir en solución del problema planteado por Alicia; la cámara se sitúa distante del lugar donde se desarrolla la acción, por lo que deducimos que Sergio no va poder encontrar una solución y que además, el realizador ni siquiera intenta hacerle creer al espectador que tal vez sí lo logre.

Después de la salida de Sergio de la casa, vemos como madre e hija hacen los preparativos previos antes de irse para la escuela. La cámara toma las acciones de ambas por separado y a una altura correspondiente a la de los personajes, es entonces que Natalia descubre que su hija lleva en la mochila el peluche que le había regalado el
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“Oso”. Nuevamente la cámara muestra a ambas por separado, pero en este caso, las distintas alturas poseen una significación en la que se pone en juego el nivel de jerarquía de los personajes.

A través de una música, en apariencia accidental, se lo introduce al “Oso” ,
aproximándose en auto, a la casa de su ex mujer. Esto nos permite inferir que la música proviene del auto dándole a la misma una procedencia. La mirada, desde adentro del auto, no parece pertenecer al “Oso” sino alguien que se encuentra próximo a éste. La acción de Sergio, cruzando la calle, mostrado a través de una posición de cámara sobre el eje de acción, facilitará el cruce entre Sergio y el “Oso”. En este enfrentamiento, el ruido del motor del auto gana en sonorización, ubicándonos fuera del auto, y además nos permite ver como el “Oso” sigue a través del espejo retrovisor los movimientos de Sergio.

Posteriormente, observamos la reacción primero de su ex mujer al verlo y luego la de su hija, ambas percibidas desde la posición del “Oso”. Este, ofrece alcanzarlas hasta el colegio, sin dejar lugar a una negativa. Al estar los tres dentro del auto, ya no hay música como la vez anterior, sólo se escucha el ruido ambiente, que funciona como elemento dramático ya que enfatiza la incomodidad de los tres personajes, que se encuentran ubicados de manera tal que forman un triangulo; dicha forma puede ser considerada como simbólica debido que remarca el único punto de interés que los une: su hija.

Al despedirse, Alicia no entra en campo y sólo podemos posicionarla por medio de la mirada de “Oso” . Posteriormente, Natalia acepta el ofrecimiento para acercarla a su trabajo. En este caso, el director no tiene interés por remarcar la atmósfera que rodea a los personajes , ya que lo hizo anteriormente; y es por dicho motivo que resuelve el tramo entre el colegio hasta el trabajo con un plano, en el que la cámara se encuentra a una gran distancia en relación al auto, que parece pasar velozmente. Durante el corto diálogo que mantienen el “Oso” y su ex mujer, se observa que la cámara se queda siempre con éste y no le devuelve la mirada a su mujer, la que a pesar de no ver sabemos que le contesta.

Finalmente, Natalia entra en la casa en donde ella trabaja y se ubica enfrente de un espejo y se desata el pelo, recordándonos su imagen juvenil, de la época en que estaba con el ”Oso”.

En conclusión, Caetano no se conforma con sólo mostrar, sino que le otorga al espectador la oportunidad de juzgar con total libertad, como también le propone ciertos juegos para resolver. Todo esto, se conjuga para que este fragmento sea más que interesante.









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BIBLIOGRAFIA


El punto de vista – Jost – Gaudarault
Como analizar un film – Casetti, Francesco y Di Chio, Federico







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