¿Porqué la serie de televisión “Lost” (Perdidos) tiene éxito? Toda clase de respuesta dada a dicha pregunta parte de la siguiente afirmación “... Todo lo que sé del mundo, aún científicamente, lo sé a partir de una perspectiva mía o de una experiencia del mundo sin la cual los símbolos de la ciencia no querrían decir nada. Todo universo de la ciencia está construido sobre el mundo vivido y si queremos pensar la ciencia misma con rigor y apreciar exactamente su sentido y su alcance, nos es menester despertar toda esta experiencia del mundo de la que la ciencia es la segunda expresión. Marleau – Ponty. Fenomenología de la Percepción . (FCE, p. VII). …”. [1].
Como queda demostrado responder esta pregunta representa algo mucho más complejo que dar una receta de cocina; sin embargo me parece pertinente citar algunos ingredientes que sustentan a una serie que tiene ya varias temporadas.
Una estructura de relato que responde a una narrativa que se parece más a un puzzle; en el que el espectador se cree capacitado para armarlo. Pero indefectiblemente éste cae en reiterados fracasos en cada ocasión en la que trata de anticiparse a los hechos o los personajes. De esta manera los guionistas juegan un juego con los televidentes, en el que estos últimos creen saber, que los lleva al segundo error que es el creer comprender y finalmente al creer entender. Este juego compuesto por el tridente saber-comprender-entender, es imposible entre pares, es más necesita de la ingenuidad del otro.
El espectador en una medida encuentra atractivo que lo manipulen sin su consentimiento, sin saber qué o quién ni cómo es que se produce dicha manipulación. Simplemente cede ante la intriga, ante los enigmas que los desbordan; y que en un análisis profundos estos enigmas parecieran traspasar la frontera de lo verosímil propuesta por el programa. Siempre y cuando entendamos por verosímil aquello que es posible a partir de las reglas que constituyen un acuerdo tácito con el televidente y que son inherentes a un texto audiovisual en particular (en esta caso “Lost”).
En conclusión debemos admitir que existe por parte del televidente un desafió hacia la pantalla, a la que le reclama que lo sorprenda, cosa que ocurre en cada episodio de la serie “Lost”.
Como queda demostrado responder esta pregunta representa algo mucho más complejo que dar una receta de cocina; sin embargo me parece pertinente citar algunos ingredientes que sustentan a una serie que tiene ya varias temporadas.
Una estructura de relato que responde a una narrativa que se parece más a un puzzle; en el que el espectador se cree capacitado para armarlo. Pero indefectiblemente éste cae en reiterados fracasos en cada ocasión en la que trata de anticiparse a los hechos o los personajes. De esta manera los guionistas juegan un juego con los televidentes, en el que estos últimos creen saber, que los lleva al segundo error que es el creer comprender y finalmente al creer entender. Este juego compuesto por el tridente saber-comprender-entender, es imposible entre pares, es más necesita de la ingenuidad del otro.
El espectador en una medida encuentra atractivo que lo manipulen sin su consentimiento, sin saber qué o quién ni cómo es que se produce dicha manipulación. Simplemente cede ante la intriga, ante los enigmas que los desbordan; y que en un análisis profundos estos enigmas parecieran traspasar la frontera de lo verosímil propuesta por el programa. Siempre y cuando entendamos por verosímil aquello que es posible a partir de las reglas que constituyen un acuerdo tácito con el televidente y que son inherentes a un texto audiovisual en particular (en esta caso “Lost”).
En conclusión debemos admitir que existe por parte del televidente un desafió hacia la pantalla, a la que le reclama que lo sorprenda, cosa que ocurre en cada episodio de la serie “Lost”.
[1] Extraído del libro de Juan Samaja, Proceso, Diseño y Proyecto en Investigación Científica. Pág. 20. JVE ediciones.
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