viernes, julio 15, 2005

Cine verdad

Definir el cine como imagen en movimiento me parece demasiado poco, más teniendo en cuenta que en las últimas cinco décadas ha demostrado ser un medio que es capaz de llegar a las masas; pero que además es una de las nuevas expresiones estéticas en la que los recursos y estructuras narrativas no se han agotado. A pesar de que las recientes películas se refleje un descuido en la creatividad en relación a los guiones de algunos filmes, que parecen ser la repetición de ciertas construcciones que se las vuelve a reorganizar para reciclarlas y utilizarlas hasta el hartazgo con la ingenua complicidad de los espectadores.
Uno de los conceptos de Ramonet, que refiere a la posibilidad de poder acceder al consumo, ya sea de una película o de poseer el último avance tecnológico al mismo tiempo que los otros países que los producen. Se crea la falsa sensación de que la globalización represente un mundo sin fronteras; cuando en realidad lo único que se ha hecho fue reforzar dichas fronteras por medio de la sistematización de los medios de producción.
La distribución de las diferentes películas, está previamente programada, ya que no todas llegan a nuestro país, es decir que hay una censura por parte de algunas distribuidoras, que deciden que se ve en los diferentes países según sus conveniencias. Como también influyen sin ningún tipo de reparos a la hora de limitar las producciones de un país extranjero.
En la actualidad es frecuente que los monopolios absorban las pequeñas producciones, con el único fin de sacarlas del mercado lo antes posible. Es justo remarcar que lo mismo sucede en el otro extremo del sector industrial, y con ello me refiero a las productoras independientes que en cierta medida monopolizan una porción de lo que vemos. Tan sólo con nombrar a la productora El Deseo de Pedro Almodóvar o la de Lita Stanik en Argentina, se llega a vislumbrar que dichas productoras costean a la gran mayoría de las producciones independientes que llegan a las salas de exhibición.
La velocidad con la que llegan algunas de las películas que tiempo atrás estuvieron estrenándose en los cines a la pantalla chica es realmente llamativa, lo que obliga a preguntarnos sobre cuál es el medio indicado para ver cine, y sí realmente la gente prefiere ver films desde la comodidad de su hogar ; también nos permite ver claramente el papel de las diferentes cadenas televisivas internacionales en lo referente a la producción de las películas.
Ramonet en su texto hace referencia a la rapidez y al gran flujo de información que circula en el mundo atosigando a los consumidores. Al margen de que los espectadores no sean simplemente consumidores pasivos, sino personas con capacidad de análisis. Sin embargo el método de repetición, por el que se intenta persuadir a los consumidores a elegir o no un determinado producto no es ni más ni menos que una de las formas de coacción de la libertad intelectual de los individuos.

Un ejemplo del poder de persuasión que posee el cine queda reflejado en la frase de Goebbels:

“...Señores, dentro de cien años se proyectará una hermosa película en colores, que describirá los días terribles que estamos viviendo.
¿Quieren desempeñar un papel en esa película ...? Resistan ahora, para que dentro de cien años el público no los silbe cuando aparezcan en la pantalla....”
Goebbels, conferencia en el Ministerio de la Propaganda, el 17 de abril de 1945.

El cine además a demostrado ser un medio eficaz para respaldar ciertas medidas tomadas por los gobiernos que lo utilizan como una herramienta para acreditar sus decisiones. La ingenua creencia de lo que se está viendo es verdad permite crear una empatía basada un contrato tácito entre el realizador y el espectador . Aunque debemos tener en cuenta que en un principio dicho acuerdo no se lo trataba de encubrir sino que era recurso descarado para enfatizar los logros del gobierno y una de las mejores armas para eliminar al enemigo o al otro, que se lo consideraba la causa de todos los males de una nación.
Ramonet, hace alusión al texto periodístico como una de las formas más viejas, pero sin embargo no menos efectiva de la presunta objetividad de que se jactan de poseer los medios, en relación a un tema. La Guerra del Golfo es un claro ejemplo, en el que millones de televidentes miraron las escenas de una guerra limpia, en donde no se veía la miseria y menos aún a los soldados muertos. Los medios intentan mantener en pie la moral de la sociedad del país agresor justificando el ataque con una de los más viejas excusas, la de proveer y promover la democracia hacia aquellos países que no lo poseen.
El cine a lo largo del siglo veinte ha mostrado diferentes posturas frete a la guerra. Muchas de las variadas posturas se dieron en un mismo país, como ser Estados Unidos. Las películas de la década del cuarenta y cincuenta muestran a los soldados como héroes dispuesto a todo por amor a la bandera, una guerra en donde no hay sangre, ni miedos. Hacia la década del sesenta Sam Fuller realizó un film que se llama “Más allá de la gloria”, en la que se ve las dificultades que tienen los soldados y como ellos realmente no estaban dispuesto a darlo todo por la patria. En una escena se ve como un superior instiga a un soldado de bajo rango a cumplir con una orden bajo la permanente amenaza de muerte ya que su superior le apunta continuamente con un rifle.
También el cine colaboro con la construcción del estereotipo del enemigo, presentándolo como lo más aberrante surgido de la naturaleza, y como una amenaza contra el equilibrio de una sociedad que se encuentra en constante crecimiento.
En fin: el cine es más que imagen en movimiento.

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